Desde una charla casual con el CEO de Glovo hasta liderar una empresa con más de 100 personas, sin levantar capital. James Daintree, fundador de Conexa, compartió en el podcast Mindset Emprendedor cómo construyó una compañía sólida, rentable y con impacto en toda Latinoamérica.
En esta charla con Yuliana Bustamante, directora de comunicación y marketing de Endeavor, James abre el juego y cuenta cómo transformó una necesidad concreta del mercado en una empresa de tecnología clave para empresas como Clip, Pfizer, Santander, Rappi y Cabify.
1. Detectar la oportunidad (aunque no parezca “sexy”)
La historia de Conexa arranca con una coincidencia: un asiento libre en un evento tech y una conversación espontánea con Oscar Pierre, CEO de Glovo. “Me pidió que lo ayudara a integrar Tienda Nube a Glovo. Lo hice, y ahí entendí que había muchas compañías con buen producto, pero sin capacidad de integrarse rápido con partners clave para escalar.”
Ese fue el disparador para crear Conexa: una empresa que acelera integraciones tecnológicas y ayuda a otras compañías a escalar de forma rápida, segura y eficiente en múltiples geografías.
2. Bootstrap, foco y cero glamour
Sin inversores ni fondos externos, James apostó por el camino del crecimiento orgánico. “Conexa fue rentable desde el día uno. Nunca quise depender del capital externo para sobrevivir. Aprendí a hacer negocios reales, con márgenes, sin humo.”
Su historia también es un recordatorio de que construir algo grande no siempre arranca en oficinas cool. “Nuestra primera oficina tenía cucarachas. Literal.”
3. El negocio como propósito (y el ego fuera de escena)
Para James, emprender no es escalar por escalar. “No estoy apurado por vender ni por crecer a toda costa. Este negocio me apasiona, me gusta venir todos los días a trabajar.” Y agrega: “Si me sacás esto, no sé qué haría.”
Con ese mindset, hoy Conexa mantiene más de 300 integraciones activas, sin haber levantado inversión, y crece un 80% en revenue año tras año.
4. Pasión, equipo y cultura como estrategia
Conexa hoy tiene un equipo global y diverso, y muchos de sus líderes crecieron dentro de la empresa. “Para mí la cultura es la columna vertebral del negocio. No busco ser el mejor en nada, pero sí rodearme de personas más capaces que yo.”
La clave, dice, está en la pasión: “Las empresas grandes tienen cultura, pero es difícil que llegue a todos. Yo quería crear algo donde eso sí pasara”.
5. Dislexia, TDAH y la importancia de perseverar
James fue diagnosticado con dislexia y TDAH de chico. Le costaba estudiar, se frustraba, y sentía que nunca llegaba a los resultados que lograban otros. Pero eso —dice— le dio una ventaja: la necesidad de esforzarse más. “No es una limitación. Me obligó a desarrollar actitud y perseverancia. Hoy, si no me apasiona algo, no me sale.”
Una historia para entender que emprender no es solo levantar fondos o crecer rápido: también es construir algo que funcione, que genere valor y que dure.